¿Recuerdas la época de Nokia? No sé aún cómo lo lograron, pero en su apogeo, la compañía finlandesa no sólo lanzaba muchos móviles, sino que cada uno era de su padre y de su madre. Diseños loquísimos, algunos estrambóticos y otros que no había por dónde cogerlos. Muchas otras marcas lanzaban móviles que simulaban ser una videocámara, otros con formas extrañas o funcionalidades únicas, pero todos tenían algo en común: eran divertidos. Luego… llegó el iPhone.
Con la llegada del primer iPhone y su brutal éxito, la industria se fue volviendo más cuidadosa, adoptando un diseño homogéneo que no habían conseguido anticipar. Había avances en grosor, cámaras, un coqueteo con pantallas dobladas… pero los móviles eran muy similares unos a otros. Luego, llegó el iPhone X y su notch.
Y con él ocurrió algo raro: muchos se lanzaron a copiar esa ‘ceja’, pero unos cuantos -y no pocos-, intentaron innovar para ir más lejos y lograr el ansiado móvil ‘todo pantalla’. Hubo intentos más o menos acertados, pero fue una época divertida porque fue la última en la que la industria nos permitió disfrutar de móviles raros.
La prehistoria de los todo pantalla
“Pues en mis tiempos, antes del iPhone, ya había un móvil con el frontal que era todo pantalla”. Si has pensado eso, dos cosas: tienes buena memoria y estabas bien informado, pero si estabas pensando en el OPPO N1… todo pantalla, lo que se dice todo pantalla, no era.
Cuando OPPO era una marca prácticamente desconocida en occidente, vimos el N1, un terminal que contaba con unos generosos marcos, pero también algo muy interesante en la parte superior: una cámara giratoria. La misma cámara que se utilizaba como principal podía emplearse como frontal. Es un concepto que se puliría años -muchos- después, y que había que colocar manualmente, pero oye, fue un primer paso interesante.
Ese N1 llegó en 2013 y, más allá de en ciertos círculos, pasó desapercibido totalmente. El que quizá caló un poco más, fue un Mi Mix de una Xiaomi que, en 2016, ya empezaba a sonarnos cada vez más por Europa. El truco de este móvil era que sí, tenía una barbilla generosa, pero el marco superior y los laterales contaban con unas dimensiones extremadamente reducidas.
Las barbillas, incluso con el notch, siguieron siendo anchas por cuestiones relacionadas con la tecnología de los paneles, pero lo que hizo Xiaomi fue colocar la cámara frontal, en lugar de en el marco superior, en el inferior. El problema es que Xiaomi no llegaría a España, oficialmente, hasta finales del año siguiente.
Pero bueno, un año después, en septiembre de 2017 se presentó el iPhone X y provocó un terremoto en la industria.
Honor y el inicio de la moda del ‘piercing’
No vamos a ir por orden cronológico, pero me parece interesante empezar por la miniaturización del notch. Apple escondió un montón de sistemas en ese apartado, pero los fabricantes de Android sin un sistema de reconocimiento facial, no tenían tantas complicaciones. En el frontal tenían la cámara, sensores de brillo y proximidad… y se acabó. Esos dos últimos se podían integrar en el marco y la cámara se podía aislar.
Así lo hicieron, siendo Honor con su View 20 pionera a la hora de crear algo que pudo chocar en un principio, pero que se convirtió en tendencia. Samsung tampoco se lo pensó dos veces, y lo que hicieron fue llevar la cámara a una esquina, perforando la pantalla para poder introducir ese elemento dando a entender que ellos sí habían llegado al todo pantalla.
Curiosamente, muchos de estos móviles con orificio nos permitían esconderlo apagando los píxeles de la pantalla OLED en la línea en la que estaba ubicado, perdiendo así toda su intención de “agrandar” la pantalla y, además, creando un frontal asimétrico entre la parte superior e inferior.
Qué dijimos en Xataka
“No sabremos si habrá segunda parte, si será buena o mala, pero sí podemos decir que el primer intento con las pantallas agujereadas ha salido bastante bien para HONOR”. Así comenzábamos las conclusiones de nuestro análisis, comentando también que el tamaño tan reducido no interfería en el día a día. También comentamos que no veíamos una clara ventaja respecto a los notch, pero sí sobre los módulos mecánicos que también estaban empezando a aparecer.
También tuvimos claro que ocultar el orificio hacía que se perdiera la magia de esa ilusión de pantalla infinita debido a algo que Android hizo bien casi siempre: mimetizar la barra de herramientas con el orificio.
OPPO abriéndose camino a codazos
2018 fue un año ajetreado porque todo el mundo se puso a hacer la competencia al notch del iPhone X, pero además porque nuevos jugadores llegaban a nuestro terreno. Uno de ellos fue una casi desconocida -en occidente- Oppo. La compañía china llegó ese año a España y lo hizo con una apuesta bestial : el Oppo Find X.
Este sí era el verdadero “todo pantalla” gracias a un truco que no se explotó tanto como se pudo haber explotado: la pantalla deslizable. Con unos marcos reducidísimos, no teníamos ni notch ni orificio, y para acceder a la cámara frontal, teníamos que deslizar la pantalla para dejar ver las cámaras escondidas en la parte frontal.
Cuando se deslizaba, además, se activaba la cámara directamente. Lo vimos en pocos móviles, pero uno que recuerdo con cariño es el Xiaomi Mi Mix 3 que, además, solucionaba el gran problema de este Find X. En el Oppo, las cámaras traseras también estaban en el mecamismo deslizante, por lo que para hacer cualquier foto había que utilizar ese sistema, pudiendo incurrir en un desgaste de las piezas de forma absurda. El Mi Mix 3 simplemente escondía el sistema frontal.
Qué dijimos en Xataka
El móvil nos gustó por muchos motivos, pero se nos quedó la mosca detrás de la oreja con el sistema mecánico. Comentamos “el módulo extraíble está lleno de esquinas y recovecos que favorecen que se queden ahí partículas de polvo y/o arenilla, sobre todo si donde lo usamos hay bastante densidad de partículas en suspensión”, pero también dijimos que era un móvil sólo adecuado para perfiles muy concretos.
Lo que está claro es que no fue la solución que más éxito tuvo entre los fabricantes.
Vivo asomando el ojo
Otra compañía china que tampoco era de las que más nos sonaba por occidente se sacó de la manga un sistema similar, pero exclusivamente para la cámara frontal y reduciendo al máximo el tamaño del sistema retráctil. El Vivo Apex en 2018 nos mostraba la cámara periscópica, y meses después lanzaron el Vivo Nex. A este barco sí se subieron muchos fabricantes.
El POCO F2 Pro tuvo cámara pop-up, el Honor 9X también, el Realme X más de lo mismo, el Motorola One Hyper también… y hasta móviles de gama alta como el OnePlus 7 Pro se apuntaron a esto. Pero, tras un año y medio intenso, dejaron de estar presentes en la gama alta con el OnePlus 8 Pro ya vimos que se recurría al orificio, y en la gama media también fue algo que desapareció paulatinamente.
Luego estaba el LG Wing que tenía dos pantallas, una cambiaba de plano y, además, contaba con cámara pop-up. Descanse en paz.
Qué dijimos en Xataka
Fue un idilio corto el de los fabricantes con las cámaras pop-up que escondieron en el centro o en un lateral. También en la curiosa aleta de tiburón con el Oppo Reno. Y el Vivo Nex, aunque nos gustó porque era un ejemplo de cómo un fabricante podía innovar de forma muy interesante, nos dejó muchas dudas.
“El Vivo Nex nos ha llegado en plena efervescencia de la pantalla agujereada, cuando además la idea del módulo móvil la hemos visto ya aplicada en el OPPO Find X sin que sintiésemos que iba a ser un punto de inflexión o el germen de un cambio. Probablemente haya sido un experimento del que aprender que un módulo retráctil no es la solución más práctica para dar con la pantalla infinita”, comentamos en su día.
Asus ‘flipándose’
Pero los módulos mecanizados no habían dicho la última palabra. En 2015, Honor hizo algo muy curioso con el Honor 7i: no apostaba por un frontal despejado, pero sí querían cámaras frontales de más calidad. ¿Qué hicieron? Crear un mecanismo que permitía que la trasera se convirtiera en la cámara frontal. Como una bisagra para esa cámara, vaya.
Asus debió tomar buena nota porque, en un evento celebrado en España, mostró al mundo el Asus ZenFone 6. Llevaba la idea mucho más lejos porque de una cámara pasamos a dos. Las cámaras traseras se convertían en las frontales y podíamos personalizar su ángulo, siendo una experiencia bastante interesante.
Samsung no se quedó parada y también lanzó el Galaxy A80 que combinaba un módulo deslizable con cámaras rotativas (para añadir más complejidad al asunto), y lo mejor de este tipo de ideas es que las cámaras principales, mejores que las frontales para vídeo y foto, eran las únicas cámaras ahora disponibles en el móvil.
Qué dijimos en Xataka
¿Era perfecto? No nos lo pareció, pero sí muy interesante. En el caso del A80, nos quedó la sensación de que, si bien no era la mejor solución, sí era una muestra más de que las compañías estaban innovando para dejar el notch a un lado. “No nos hemos quedado con “oh, todos los móviles deberían disponer de un sistema como éste”, sino con “qué buena sensación con una pantalla casi infinita, pero qué poco práctico lo del módulo”, comentamos en el análisis del Samsung.
Sobre el Asus, algo similar. No nos quedamos con ganas de verlo en todos los móviles a partir de ahora y, aunque el rendimiento de las cámaras era bueno en condiciones óptimas, tenía problemillas de software a la hora de procesar las fotos. Quizá por eso el sabor de boca agridulce…
Nubia y la locura absoluta
Los sistemas mecánicos ya no daban para más. Los fabricantes habían explorado todo lo explorable y el mercado había hablado (tan fuerte que esos módulos llegaron, estuvieron año y pico entre nosotros y se esfumaron). Pero había quien aún quería probar cosas, y hubo compañías que se empeñaron en eliminar las cámaras con mecanismos y líos y colocar… dos pantallas.
HiSense sorprendió con un móvil con dos pantallas: una tradicional y otra de tinta electrónica, pero la apuesta más interesante vino de la mano de Nubia. Originalmente nació como filial de ZTE, pero en 2017 redujo su participación en Nubia a menos del 50%. De la manera que sea, Nubia presentó el Nubia X a comienzos de 2019 con dos pantallas (trasera y frontal), con la idea de usar la frontal con el panorama despejado para el día a día y la trasera para hacernos fotos con las cámaras principales.
¿Un derroche? Un derroche, pero no se quedó sólo en el Nubia X, sino que se materializó posteriormente en el Nubia Z20 con una ejecución similar, pero mejor. Tenía dos pantallas, dos lectores de huellas y una triple cámara interesante para hacernos los selfis que quisiéramos. Se podía controlar el móvil completamente con cualquiera de las dos pantallas y si lo girábamos, una pantalla se apagaba y la otra se encendía.
Por cierto, Vivo también lo intentó con el Dual Play.
Qué dijimos en Xataka
No pasó de ser una curiosidad. En su día, comentamos que era “bastante forzado todo, sobre todo hasta que se le pilla el truco a la configuración de las pantallas” y que, aun siendo sin duda una propuesta llamativa, no era lo suficiente como para suponer un cambio en el paradigma de los móviles. Si un mecanismo ya era caro, una pantalla que, además, estaba camuflada en el cristal de la parte trasera, imagina.
Ahora bien, el móvil, chulo, es un rato, y es de mis preferidos de estos últimos años porque fue uno de esos intentos por crear un móvil raro y divertido. ZTE no había dicho la última palabra.
ZTE marcando la pauta en el todo pantalla
Tras especular con el concepto de “cámara bajo la pantalla” durante unos meses, fue ZTE la que se lanzó con el ZTE Axon 20. De nuevo, los experimentos se hacían con la gama media, ya que supone un riesgo menor para los fabricantes, y básicamente lo que hicieron fue esconder la cámara frontal en un pequeño cuadrado en el centro de la parte superior de la pantalla.
Si buscábamos el ángulo, era evidente su presencia, pero la forma de disimular la cámara fue de lo más inteligente. La pantalla tenía una alta densidad de píxeles, pero justo en la zona en la que estaba la cámara, esa densidad se reducía muchísimo.
Eso permitía la entrada de la luz y hacía que la cámara funcionara y, aunque había un evidentísimo cambio de resolución en esa zona, en el día a día pasaba totalmente desapercibido. Mucho más que un orificio negro, vaya. El problema es que la cámara… en fin, la cámara.
Hacía que todas las fotos tuvieran un efecto de difuminado, sobre todo en modo retrato, como si la lente estuviera muy sucia. En ambientes con mucha luz funcionaba hasta peor.
Qué dijimos en Xataka
Pese a todo, mi compañera Anna (que analizó buena parte de la lista de móviles que hemos comentado) consideró que “sin duda, el ZTE Axon 20 5G es de los más innovadores de este año: personalmente era bastante escéptica ante la idea de ver este concepto ya hecho realidad y finalmente creo que es un buen primer paso”.
También decía que había que ver si ZTE continuaría por este camino. Y vaya si continuó…
Ocho años después…
La vida sigue igual, que decía Julio Iglesias. Igual para Apple, claro. Con los iPhone 15 Pro, Apple empezó a abandonar el notch ‘clásico’ para abrazar el orificio ovalado (o la ‘Isla Dinámica’) en todos los modelos del iPhone 16. Está claro que ellos van a su propio ritmo y muchas veces no son los primeros en hacer algo, pero su influencia en el mercado, como decíamos, crea tendencias.
Android, tras experimentar con las soluciones de todo-pantalla que hemos descrito, se ha plegado a una de esas primeras alternativas: el orificio. Además, todas se han puesto de acuerdo en el orificio simple y centrado. Es lo que provoca, desde hace años, que todos los móviles sean calcados si miramos el frontal. Puede gustar más o menos, pero el orificio era la solución más lógica.
Con mecanismos de deslizamiento o las cámaras retráctiles, eliminas de un plumazo la posibilidad de conseguir certificaciones IP68. Además, estás metiendo piezas extra que se pueden romper y, sobre todo, aumentan el precio para los fabricantes. Y, en la época de los selfis y las grabaciones con la cámara frontal para TikTok o Instagram, las cámaras bajo la pantalla no dan la talla.
Ese orificio es, por tanto, el mal menor elegido tras esa extraña y divertida época de experimentación. Ahora bien, como decíamos, hay una compañía que sigue persistiendo en su idea de lanzar al mercado dispositivos únicos: ZTE. El fabricante chino, bajo la marca Nubia ha continuado lanzando nuevas generaciones de algunos de sus modelos con esa cámara bajo el panel, convirtiéndolo en una de sus señas de identidad -junto a diseños de cuestionable belleza-.
El Nubia Z70 Ultra es un ‘maquinón’, pero además representa la resistencia ante las pantallas perforadas. Veremos si el tiempo termina dándole la razón y más pronto que tarde podemos ver ese paso definitivo al todo pantalla. Queda camino por recorrer, ya que la cámara frontal del Nubia sigue teniendo un efecto de ‘neblina’, pero con el procesado de la IA se pueden lograr cosas que parecen mentira. A veces, literalmente.
En definitiva, los fabricantes intentaron de todo para acabar con las pantallas con notch y orificios, pero terminaron volviendo a la parrilla de salida en el último intento que tuvieron por crear móviles diferentes y divertidos. Ahora tenemos a Nothing, pero más allá del diseño de la trasera, por delante sus móviles son… como todos los demás.
Habrá que seguir esperando a ver qué marca de las que sí pueden consolidar un cambio permanente se lanza a la piscina de las cámaras bajo la pantalla, si Samsung… o Apple.
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La noticia En 2017 el iPhone revolucionó los smartphones y en el camino provocó el canto de cisne de los móviles divertidos fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Alcolea .
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