Los vehículos de conducción autónoma dependen de un sentido tan crucial para el ser humano como la visión. No se trata solo de que la máquina sea capaz de ver, que ya lo hace, sino de mirar, analizar, discriminar y proceder en milisegundos. El reto es alcanzar esta característica de las personas en el tiempo justo para tomar la decisión necesaria. Para una máquina, por ejemplo, ver un árbol junto a la vía es fácil. Lo difícil es saber que no es un objeto que se va a mover ni a interponer en el camino, y lo contrario si se trata de un peatón. La revista científica Nature publica este miércoles dos avances en este sentido: un procesador para responder rápidamente a un evento con la mínima información y un nuevo sistema (algoritmo) para mejorar la precisión de la visión mecánica con menor latencia (tiempo de respuesta).
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