Hay procesos en los que garantizar el azar es fundamental para asegurar la legitimidad de los resultados, como la lotería, la selección de miembros de mesas electorales o los beneficiarios de una promoción de viviendas sociales. Esta aleatoriedad es también crucial para blindar la seguridad de la red, en especial desde que Peter Shor, matemático del Instituto de Tecnología de Massachusetts, demostró hace 30 años que un ordenador cuántico podrá resolver un problema de factorización (descomposición de una expresión algebraica en forma de producto) de manera eficiente. De esta factorización depende la criptografía que sostiene desde la transacción bancaria más habitual hasta las conversaciones en plataformas de mensajería. Una investigación que publica Nature este miércoles aporta una solución a caballo entre la física cuántica y el blockchain, el sistema de las criptomonedas y otros procesos: un generador de números aleatorios a prueba de trampas.
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