La solución a la escasez de agua pasa, principalmente, por recuperar el régimen de lluvias con la reversión, hasta ahora infructuosa, del cambio climático; reducir el consumo, algo que las previsiones no contemplan; y optimizar la gestión de los usos para evitar que se pierda entre el 20% y el 50% de los recursos existentes. En el último frente, la tecnología es una herramienta fundamental. Investigadores de todos los ámbitos desarrollan soluciones para evitar malgastar un bien sin el que la vida es imposible.
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