Un grupo de ingenieros malagueños fundó, en 2004, VirusTotal. Era un servicio online al que cualquiera podía enviar un archivo sospechoso de estar infectado para pedir una segunda opinión y comprobar si realmente lo estaba. La iniciativa no dio dinero hasta 2009, pero el modelo era tan efectivo que uno de sus principales responsables, Bernardo Quintero, se apostó con su equipo una botella de whisky a que acabarían formando parte de Google. Tres años después ganó aquella apuesta: se convirtieron en la segunda empresa española adquirida por la empresa estadounidense. Les ofrecieron trabajar en Silicon Valley o Zúrich, pero ellos apostaron por quedarse en Málaga y nadie les dijo que no. Su trabajo desde entonces ha sido el artífice para que una década más tarde el gigante tecnológico haya decidido abrir en la ciudad el tercer Google Safety Engineering Center (GSEC) de Europa y el primero de ellos especializado en ciberseguridad. Se inaugura este miércoles y pone la guinda a una labor que Quintero y sus compañeros iniciaron en 1998.
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