El Marenostrum 5 todavía no ha empezado a hacer cálculos y en el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC) hace tiempo que ya piensan en cómo será la próxima versión de su superordenador. El camino para lograrlo será más o menos largo, se espera para finales de esta década, y un rectángulo de 2,5 por 1,2 milímetros es una pequeña prueba de que ese viaje ya ha empezado. Se trata de un chip llamado sargantana —lagartija en catalán y aragonés—, el tercero de código abierto desarrollado completamente en España, y un paso más para que el Marenostrum 6 sea un hito de verdad: que no solo entre en los ránkings por su potencia de cálculo, sino que trabaje por primera vez con tecnología local. Será un primer paso para que ya en su séptima versión sus componentes puedan ser completamente europeos.
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