En el tiempo que lleva leer el titular de esta historia, ciberdelincuentes repartidos por todo el mundo habrán intentado concretar más de 3.000 ataques informáticos. Arremeterán contra usuarios famosos y anónimos en todo tipo de plataformas. También contra pequeñas empresas, radicadas desde en Buenos Aires hasta Mérida, y contra compañías gigantescas en San Francisco o Hong Kong. Tampoco se salvarán las instituciones públicas, como hospitales o ministerios. Y habrá tres grandes fuerzas que motivarán a los criminales: espionaje, ideología y recompensa financiera.
Más historias
El Gobierno provoca la ira de cientos de académicos al cancelar una ayuda millonaria para IA con el pretexto de la dana
El efecto de los sesgos LGBTIQ+ en la IA: “Nos vemos obligados a evitar la palabra ‘queer’ en los mensajes”
ChatGPT ya tiene plaza fija en la universidad: “Desde que lo uso, pienso menos por mí misma”