En el verano de 2022, los que buceaban en las aguas más profundas de la inteligencia artificial —investigadores, empleados del sector, directores de IA en empresas— sabían bien que OpenAI preparaba el lanzamiento de su siguiente GPT (su modelo de lenguaje o LLM). Pero no se conocían detalles. Ni cuándo sería, ni quién tendría acceso, ni qué capacidades nuevas demostraría respecto a la versión anterior, GPT-3, de uso restringido. Así estaban José Hernández-Orallo y Cèsar Ferri cuando en septiembre, Lama Ahmad, investigadora de políticas en OpenAI, les propuso formar parte del equipo externo que evaluaría GPT-4.
Más historias
Supercomputación e IA se unen para simular todo, desde la Tierra al corazón y hasta modelos
Entre la física cuántica y el ‘blockchain’: un generador cuántico de números aleatorios a prueba de trampas
Matthias Steffen, físico de IBM: “Casi puedes sentir que estamos llegando a la ventaja cuántica”