El constante incremento de tráfico de datos (un 22% más el pasado año en relación con 2022, según DE-CIX) y las nuevas exigencias computacionales de la inteligencia artificial llevan a los sistemas convencionales al límite. Se necesitan nuevas fórmulas y la computación cuántica aún no es alternativa. La compañía electrónica Intel es una de las más avanzadas en el desarrollo de sistemas neuromórficos, una conjunción de biología y tecnología que busca imitar la forma en que los seres humanos procesan la información. Junto a ella, en esta carrera por un procesamiento más eficaz y eficiente, corren IBM, Qualcomm y centros de investigación como el Instituto de Tecnología de California (Caltech), donde nació este concepto de la mano de Carver Mead, el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), el Instituto Max Planck de Neurobiología en Alemania y la Universidad de Stanford.
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