“Hace poco estuve en un foro en Santander sobre pantallas y adolescencia”, dice Gemma Martínez, investigadora del grupo europeo EUKids Online de la Universidad del País Vasco. “Percibí una nueva ola de preocupación centrada en los riesgos del menor, no se habló ni en un momento de las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías”, añade. Esa nueva ola es ya un movimiento enorme con padres organizados por su cuenta en grupos de WhatsApp y Telegram, los fiscales de EE UU demandando a Meta por “aprovecharse del dolor de los niños” y la preocupación por noticias sobre chats desbocados protagonizados por adolescentes y expertos que insisten en que los móviles son un peligro indescriptible para los jóvenes.
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